La British Medical Association ha editado el pasado mes de abril su informe Caring for the mental health of the medical workforce, basado en una encuesta entre médicos y estudiantes. En sus conclusiones destaca la elevada prevalencia de burnout y de trastornos psicológicos o emocionales en médicos y estudiantes de Medicina, así como el hecho preocupante de que una parte “significativa” de los afectados recurren al alcohol, los tóxicos, la automedicación o la autoprescripción para afrontar el problema. Los afectados señalan el impacto del entorno profesional en su bienestar y en la calidad de la atención que ofrecen a los pacientes. El conocimiento de los recursos de ayuda es muy variado. Los afectados más jóvenes parecen más conscientes del problema y menos proclives a los abordajes disfuncionales mencionados. Los autores destacan la importancia de ofrecer una asistencia adecuada a profesionales y estudiantes que han desarrollado problemas psiquiátricos y garantizar un apoyo efectivo a las personas con un riesgo alto de burnout antes de que aparezcan las complicaciones psíquicas del mismo.